Continuando con nuestro pasado tema, sobre la prospectiva estratégica, notamos que esta se manifiesta cuando la anticipación es puesta al servicio de la estrategia para delinear, aclarar o renovar las acciones dentro de un plan.
Analizando la ingeniería estatal, podríamos extraer varias hipótesis que expliquen las causas de los repetidos fracasos en la implementación del prospectivismo en el sector público de la República Dominicana.
En primer lugar, y tras la visualización del factor exploratorio (qué puede suceder), se han realizado planteamientos erróneos de los factores normativos (qué puedo hacer) y estratégicos (qué voy a hacer y cómo; decisiones y medios).
En estos casos, se conoce el panorama y las posibles amenazas del entorno, pero el ejercicio de prospectiva se realiza como una actividad estrictamente formal, sin involucrar en la elaboración de los planes estratégicos a todos aquellos miembros de la institución que participarán activamente en la consecución de los objetivos. Por esta razón, muchos planteamientos empíricos terminan siendo inaplicables o imposibles de ejecutar técnicamente.
En adición, el factor normativo es mal enfocado, o tan complejo que resulta difícil darle seguimiento para verificar su pertinencia con el factor exploratorio.
Otra hipótesis, es que se presentan dificultades al planificar estratégicamente sin involucrar a todos los actores del proceso, es decir, la prospectiva se queda como una reflexión institucional, pero no se promueve un clima de voluntarismo donde cada parte se sienta pieza esencial del engranaje institucional estratégico. Esta falta de compromiso y de sentido de pertenencia, de compartir los valores en común, provoca que no sean percibidos por los usuarios los productos últimos de los procesos de planificación estratégica.
Tercero, tenemos la carencia de los recursos para llevar a cabo la prospectiva estratégica; que sólo puede superarse mediante la asignación específica de fondos a cada institución del Estado para estos fines, consignándolos en el Presupuesto General de la Nación.
Cuarto, la ausencia de una agenda política de Estado plurianual, consensuada por los actores del sistema político, que comprometa al seguimiento de la prospectiva estratégica planteada, gestión tras gestión, sin importar el gobierno de turno.
Y por último, la falta de gerentes prospectivistas, que sean capaces de guiar a sus instituciones y de arriesgarse más allá de las posibilidades que la política y la normativa le ofrecen.
Tras el contexto reflejado por estas cinco hipótesis, realizaremos una aproximación práctica, observando en algunas IE la repetición o aparición de síntomas conexos a las mismas, su reincidencia y el período en que ocurren. Esperen los resultados!